atrapada en la repetición, es la más poderosa escritura desde el cénit. La voz poética de Ann Negrón se escribe a sí misma desde la intersección entre lo impuesto y el punto culminante de la aceptación. Reflexiona sobre la vida antes y después del cuerpo desde la compulsión obsesa; desde el hábito de nombrar el encierro, la casa habitada, el país y su universo de herbarios, bestiarios y órganos. Es la pregunta que se engulle a sí misma. Se observa y se nombra invento, secreto de la carne y la palabra, geografía de lo que termina y comienza nuevamente. Que sea todo por el intento de aniquilar la jaula; por la liberación que es desaprender el artífice y sanar el ímpetu de la fiera, pagar con el precio de la sangre y redescubrirse al otro lado de la herida.
-Amanda Hernández
Pág. 49. 2025