Mentirillas - Roberto J. Lapetina
Mentirillas de Roberto José Lapetina Arroyo lo menos que tiene es la pequeñez que se esconde al disminuir las mentiras a mentiras piccolas. El autor, quien también es testigo y no le teme a dejarse sentir en la lectura, sabe cuándo nombrar qué, y resalta en su danza metódica de anunciar muertes, sin quitarle el suspenso al acto. Su escritura es intencional, hace énfasis en sus particularidades, en lo que le da la gana y lo que no. En ocasiones, me atrevo a decir, escribe en un spleen digno de los tiempos de Baudelaire mientras que, recuerda sus presentes en las alarmas de los celulares o los tapones en expresos caribeños. Lapetina trata metodológicamente el concepto banal humano de la necesidad-necedad de hacerse infinito. El autor, en ocasiones político, sublime, abierto y, sobre todo, subjetivo, nos invita a analizar la mentira como algo más allá que un espejismo; la verdad no es relevante cuando la mentira se cree. En Mentirillas, todo es una invitación a los surrealistas; los nombres, las cocinas que tal vez son del personaje, tal vez del autor, tal vez no son y punto, las ventanas, los ojos que son ventanas o las ventanas que son ojos del testigo. Tomaré la arrogancia de contradecir al autor cuando propone que algunas de ellas (mentirillas) con suerte proponen algo, pues Mentirillas es un palimpsesto que, sin cursilería, algo dice y deja por decir.